Como os comenté en mi presentación, los caballos son mi gran pasión. Y aunque pensé en subir imágenes de mis caballos, no pude resistirme a compartir con vosotros un gran acontecimiento, el nacimiento de un potrillo. Ahora Hoshi de Nipón es una potrilla que tiene dos semanas. Ha sido muy deseada, porque su padre, Nipón, un fantástico caballo de salto propiedad de Juan Ignacio Álvarez Fermosel, murió de cólico en Navidad.
Los que tenemos caballos, o animales en general, sabemos que en cualquier momento puedes perderlos, con todo el dolor que eso genera. Sin embargo, a menudo olvidamos que tras la tragedia viene la alegría, y que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.
Un potro es posiblemente una de las criaturas más hermosas de la naturaleza, y verlo en persona es todo un privilegio. Sólo quería compartirlo con vosotros.
Quiero dar las gracias a Soledad Álvarez Fermosel por su colaboración en la realización de este vídeo, y a Morgana y a Hoshi por mostrarse voluntariamente como protagonistas.
Lo sé, soy una friki, pero lo asumo. Vivo en el siglo de la alta tecnología, pero me gusta revivir cómo se vivía en otros siglos. Monto a caballo, manejo una espada y tiro con arco. No sé si podré sobrevivir en este mundo de locos
Hola, Elena,
ResponderEliminarmi hermano es veterinario, y está especializado en caballos. Tiene dos yeguas: Manguara y Candela. Coincido contigo, son unos animales espectaculares, con una inteligencia especial. Y reconfortan, acariciar a un caballo es una terapia espectacular para cualquier persona.
Un abrazo.
Lucía